En nuestra Pista de Pruebas iremos incluyendo, de vez en cuando, pruebas de motos trail, ya que son precisamente este tipo de motos, las preferidas de los endureros como máquinas para viajar y moverse a diario. Trataremos en todo momento de que se trate de modelos un tanto especiales, lejos de los grandes éxitos de superventas, a los que tanta atención ya suelen dedicar las revistas.
Desde los inicios del enduro hasta finales de los sesenta no existían motos específicas para nuestra especialidad. Se trataba pues de preparar modelos de carretera a los que además de dotar de ruedas de tacos y escapes elevados, de aligerarlas al máximo. Uno de los modelos mas empleados en las grandes cilindradas era sin duda la Triumph 650 bicilíndrica, modelo que sin duda inspira esta creación de la firma británica.
Fue precisamente con uno de estas motos con la que el actor más endurero de la historia corrió los famosos Seis Días en la Alemania del Este. Como ya referimos en un artículo anterior, fue convencido para participar por su amigo Bud Edkins, que fue quien le doblaba en las famosas y trepidantes escenas de "La gran Evasión". Imaginamos que Steve se mordía las uñas mientras esto sucedía, el era más que capaz de realizar todas aquéllas piruetas, sin embargo, los productores de la película se lo impedían. Si hubiera mala suerte, el rodaje podía detenerse si sufría algún percance. Pero en esta ocasión no sería así y decidió competir como un piloto más, sin trabas. Sin embargo el accidente ocurrió, aunque no por su culpa y fue a terminar en un hospital germano.
Volviendo al modelo que nos ocupa, partiendo del éxito que está teniendo la gama clásica , el departamento de diseño de Triumph, decidió crear una moto diferente, con un look especial, que no se parece a nadie, pero que recupera un estilo de toda una época. En este caso ensayamos una unidad pintada en un verde semimate metalizado, digamos muy militar, pero elegante al mismo tiempo. Todo un acierto, siendo el color más original de los disponibles. Los acabados, como es norma en la casa resultan impecables.
En el lado derecho cobra protagonismo un precioso doble escape cromado, que si bien es responsable del calor en nuestra parte derecha, le queda tan bien que somos capaces de perdonárselo todo. La altura del conjunto es adecuada a casi todas las tallas, encontrando un ancho manillar, como mandan las reglas de una moto trail, situando ante una instrumentación de lo más retro.
El motor bicilíndrico de casi 900 cc. y similar al que equipan las Bonneville de la marca, está pintado en negro satinado e incluye radiador de aceite. En la marca han cuidado tanto el look clásico que, a pesar de incluir inyección electrónica, en su aspecto exterior, parece que incluye un par de carburadores. Como detalle práctico lleva unas pequeñas defensas en la parte inferior del carter, aunque en el amplio catálogo de accesorios de la marca las hay mucho más envolventes. Las suspensiones, como es obvio en una trail sin aspiraciones deportivas, son convencionales, la horquilla delantera lleva guardapolvos, como era habitual en la época. Detrás, unos bonitos amortiguadores totalmente cromados cromados son solo regulables en precarga de muelle.
Una vez en marcha el clásico asiento, ribeteado en blanco, es muy plano y resulta cómodo incluso con dos plazas. La moto, para los estándares de la época resulta incluso estrecha y muy manejable. El conjunto de frenada, con material Nissin por cierto, con un buen tacto, resulta más que suficiente para el uso al que va destinado la moto, lo mismo que las suspensiones, pensadas más para ofrecer un compromiso de comodidad en todo tipo de firmes, que para unas prestaciones deportivas, fuera de lugar en un modelo de estas pretensiones.
El motor resulta una delicia. Con una curva de potencia plana y una suavidad que enamora desde el primer momento. Un tacto que hace que rodar con ella en todo tipo de circunstancias sea un auténtico placer. Solo el mencionado calor del escape, en verano claro, resulta un poco molesto en ciudad. Sus prestaciones, sin ser deportivas, permiten llevar un buen ritmo incluso en carretera, donde su aceleración y recuperaciones dejarán sorprendidos a más de un insolente cuatro ruedas.
Los neumáticos mixtos permiten incluso excursiones por pistas y caminos sin complicaciones, pudiendo ir incluso acompañados, sin otro objetivo que disfrutar del paisaje y hacer de cualquier recorrido una auténtica gozada.
Desde luego, no se pasa desapercibido con una imagen así. Es más tanto en el catálogo de la marca como el las diferentes firmas de accesorios hay mil y una opciones para hacer de vuestra Triumph Scrambler, algo genuinamente diferente, desde placas portanúmeros ovaladas, hasta rejillas protectoras de faro, como en las enduro de hace ya años. En el enlace adjunto podéis ver una muestra de ello, donde un aficionado, nada menos que en Thailandia, la ha convertido en una enduro de lo más especial.
Ver a la Triumph Scrambler en acción.