Tras una primera incursión de la marca, a través de Import-Cross, el año pasado se presentaron las RM Z250 E, motos competitivas, pero basadas en las motos de circuito y adaptadas al enduro.
Sobre la excelente base de sus motos de cross, en esta ocasión, se ha realizado una relación de cambio distinta a las primeras, con las primeras marchas más cortas y aprovechables para la gran mayoría. Adaptándose también el mapeado de la inyección y nuevo escape más apto para nuestro deporte. Por supuesto cuenta con llanta trasera de 18”.
A primera vista, lo primero que llama la atención de la Suzi, es sin duda la calidad de fabricación y el mimo con que está realizada. La estética, con un bonito color amarillo, combinado con rojo y negro, es de lo más llamativo.
Lo escueto de los plásticos, un tanto minimalistas y la nueva carátula de faro, de diseño muy moderno y poco voluminoso, acentúan la sensación de ligereza. Deja a la vista buena parte del chasis de aluminio, sobre el que descansa el depósito, también de este material. Por cierto, cuenta con solo 6,2 litros de capacidad, suficiente si tenemos en cuenta el bajo consumo de esta moto.
Volviendo al chasis, este año lleva menor lanzamiento de horquilla, con un avance de 22 mm., garantizando pues una mayor agilidad en las curvas.
El manillar es un Rental Fat Bar, de excelente calidad. En cuanto a formas, cada uno tiene sus preferencias, a nosotros se nos antoja perfecto. Delante de él, un display multifunción, como es habitual en las enduro, nos proporciona múltiples funciones.
El equipo de frenado Nissin, siempre un modelo de eficacia, asiste como no, a unos discos lobulados, como viene siendo la norma. Siguiendo hacia abajo, nos encontramos con una tapa de acceso al filtro de aire muy bien realizada, al que se accede sin herramientas a través de un cierre rápido.
La alimentación va a cargo de inyección electrónica Keihin, como en los modelos de motocross. Sin embargo, los árboles de levas llevan un calado diferente, con vistas a conseguir la respuesta más suave requerida en el enduro.
El colector de escape, realizado en acero, lleva un protector, algo que podrían copiar muchas marcas para alargar la vida de nuestros ya sufridos pantalones. El silenciador, también distinto a la cross, pese a ser de volumen y longitud muy contenidos, realiza su función a las mil maravillas, siendo una moto bastante silenciosa.
Con 96 mm de diámetro x 62,1 mm de carrera en el cilindro, es decir un motor de carrera corta, se deja notar en el bajo nivel de inercias que genera. Los bajos del motor están protegidos por una placa de material plástico, dentro de la cual se aloja también el vaso de expansión de radiador, detalles ambos muy endureros. Lleva una caja de cambios de cinco velocidades.
Las suspensiones de ambos trenes son Showa, toda una garantía de calidad, siendo la horquilla de cartucho, como las más avanzadas del mercado. El amortiguador trasero, montado sobre bieletas, recibe asimismo muelles de tarado más blando, acordes con el uso de la RMX450Z.
Calza unos neumáticos Michelin Enduro Competición, de eficacia contrastada, montados sobre llantas Takasago Excel.
En la báscula la nueva Suzuki no llega a los límites de las KTM o Husaberg, aunque sus casi 120 kg en vacío están en línea con la mayoría de la competencia.
Para la puesta en marcha, al igual que en la Yamaha, debemos pulsar el botón del contacto. Una vez el característico sonido de la inyección nos dice que todo está “OK”, pulsamos el botón rojo y en marcha, sin starter, ya que es automático. Para la puesta en marcha en caliente contamos también con la ayuda de una pequeña leva en el lado izquierdo. En cualquier caso ha resultado siempre impecable.
Lleva también palanca de arranque, pero en realidad ni nos hemos acordado de probarla, prueba del buen funcionamiento del sistema.
El sonido, como hemos comentado y como debe ser, resulta muy contenido. El embrague, aunque por cable, tiene la dureza justa y ha funcionado bien en todo momento.
Lo primero que llama la atención es la suavidad de funcionamiento del motor, la entrega es en todo momento suave, pero poderosa, ideal para los firmes deslizantes que nos encontramos en el enduro e incluso en las curvas sin apoyo. Esto hace que incluso en las situaciones más complicadas, se deje llevar con facilidad. Su capacidad de tracción es excelente.
Es posible que otras motos se muestren más potentes en bajos, sin embargo la suavidad y la forma en que los entrega la Suzuki nos parece ideal para el enduro.
Cuando abrimos el gas, en las zonas más rápidas, el propulsor de la japonesa responde como es de esperar, hay potencia de sobra para todo tipo de recorridos, saliendo de las curvas como un avión.
Buena parte de la eficacia del conjunto lo tenemos en el soberbio chasis. Entra en las curvas, de todo tipo, con gran facilidad, nos sorprende sobre todo en los tramos más revirados y complejos, incluso a velocidades bajas. La moto dibuja las trazadas justo por donde pensemos, con gran precisión. Cambia de dirección con solo insinuarlo. Parece incluso más pequeña y ligera de lo que se podría suponer.
Mientras en las zonas más rápidas y bacheadas mantiene el tipo como el mejor. Es sin duda uno de los puntos fuertes de esta moto. En cuanto a las suspensiones, la puesta a punto con la que nos fue entregada, tal vez no fuera la mejor para el tipo de recorrido, esta vez con terreno seco y piedras. Quitamos tres cliks de compresión y dos de extensión y ya dejamos la horquilla más compensada con la suspensión trasera. Nos pareció un reglaje un tanto crossero, pero seguro que disponiendo de un poco más de tiempo y paciencia, el excelente material Showa demostrará sin dudarlo de lo que es capaz una de las mejores suspensiones.
Conviene aclarar que las suspensiones hay que ponerlas al gusto, peso y nivel de cada piloto, es lo primero que debemos hacer cuando nos compramos una moto. Una vez concluida la prueba llegamos a la conclusión que debimos quitar un poco de rebote al monoamortiguador trasero. Pero lo importante es que el material montado de de primera fila. Algo que ya comprobamos en una prueba anterior de la RM-Z450 de enduro (2009), por cierto una moto de competición sorprendente.
En cuanto a los frenos, no podemos negar nuestras preferencias al conjunto Nissin, sea cual sea la moto en la que esté montado. El tacto y la potencia nos parece ideal siempre que probamos estos frenos.
Por fin parece que Suzuki se mete de lleno en el enduro y esta vez va en serio. Esperemos que en el futuro también le toque a su hermana de 250 y que hagan tan buen trabajo como en esta fantástica RMX450Z.
