Desde sus inicios en 1988, Husaberg es sinónimo de eficacia y deportividad. No en vano sus mecánicas han nacido siempre dirigidas hacia la competición.
A la cabeza de su departamento técnico está Thomas Gustavsson, ex-piloto e ingeniero, toda una leyenda en el mundo del enduro desde primeros de los 80. Así pues no es de extrañar semejante vocación deportiva.
Las motos suecas siempre han destacado por su ligereza y eficacia. En el 2009 decidieron dar un nuevo golpe de timón diseñando unas motos totalmente nuevas, dando origen a una gama de 450, 570 y en el 2010 la tan esperada FE 390.
Para ello se empleó un nuevo chasis, plástica, suspensiones y un novedoso motor, donde todos los elementos han sido reposicionados, buscando de ese modo acercar el centro de gravedad al centro de la moto, en el eje teórico que va desde el eje trasero a la pipa de dirección. Situación ideal desde el punto de vista de todo ingeniero.
Por tal motivo el cilindro ocupa una posición casi horizontal, a continuación el cigueñal, pasando a la parte inferior el cambio, reforzado en los modelos 2010, y el embrague. De este modo el motor tiene una configuración más compacta y las inercias del motor siguen el eje del chasis. Quedando también el piñón de ataque muy cercano al eje del basculante, reduciendo así más las tensiones de la cadena secundaria.
El colector de escape queda muy escondido en el motor, toda una garantía a prueba de golpes.
El depósito cambia su ubicación con el filtro de aire, teniendo este por tanto una posición más estanca. El subchasis de metal desaparece, sustituido por uno de material plástico de alta resistencia. Cuenta con un detalle tan endurero como unos asideros para mover la moto en parado. Un cubrecarter de plástico, de serie, protege los bajos del motor.
Comparte numerosos elementos con su prima austriaca KTM, siendo del guardabarros delantero casi igual a los modelos 2007 de la firma naranja. El manillar es también un Neken de diámetro variable que resulta muy cómodo, que incluye protector de manillar de foam.
Los frenos son Brembo de última generación, comunes también a la gama KTM, han ganado mucho en cuanto a eficacia y tacto, haciéndonos olvidar para siempre el tacto esponjoso de versiones anteriores. La bomba de embrague, en el caso de la Husaberg es Magura, de un tacto muy suave y que cuenta además con maneta plegable, otro detalle a tener en cuenta.
En las suspensiones White Power, de 48 mm. de diámetro la horquilla delantera se ha realizado un excelente trabajo. Teniendo ahora un tacto mucho más sensible y endurero en el primer tercio de recorrido, además el avance es ahora de 22 mm, (antes 19mm), con lo que se gana en estabilidad. En el tren trasero las excelencias del amortiguador White Power, regulable en alta y baja velocidad, llegan a convencer incluso a los escépticos del sistema PDS. Lo cierto es que ambas suspensiones trabajan cada vez mejor.
Lo primero que llama la atención es tu estética. Decididamente, Husaberg ha conseguido una de las enduros más bonitas e impactantes en muchos años. Vaya a donde vaya, la sueca llama la atención. Seduce a primera vista, con una apariencia ligera y poderosa al mismo tiempo.
Llega el momento de la verdad. Un ligero toque al botón de arranque y el poderoso motor de 563 cc. cobra vida. No lleva starter, la inyección Keihin se encarga de todo. Por cierto habrá quien se queje de que no lleva pedal de arranque, como en su día se quejaron los usuarios de automóvil cuando dejaron de incluir manivela.
Nada más introducir la primera nos damos cuenta de que entramos en otra dimensión. Este propulsor dispone de un impresionante poderío desde la primera pistonada. Nos encontramos con una fuerza extraordinaria en toda la gama de revoluciones. Los casi 55 CV de potencia se distribuyen de un modo fantástico y se dejan sentir en todo momento.
Siempre hay potencia. Llevemos la marcha que llevemos. Si entramos con una marcha larga no hay problema, la excelente capacidad tractora de la Husaberg y sus bajos nos sacarán del apuro. La inercia con este motor ya no tiene tanta importancia, ni siquiera en las subidas. Cuando abres gas siempre hay caballos y de los buenos.
La FE 570 te dará siempre lo que pidas, pero es una chica exigente, que siempre pide buenos modales y un buen tacto de gas o te pondrás la moto por sombrero. Requiere un pilotaje más físico, capaz de aguantar la potencia y las inercias de la moto, ofreciendo a cambio unas sensaciones fantásticas.
Cuando abrimos el gas, el rugido de la admisión, como un monstruo vikingo en su interior, nos anuncia que la caballería se lanza a la carga. Por fortuna, la prueba la hacemos en unas condiciones ideales. Gracias a las últimas lluvias terreno tiene una gran adherencia y podemos aprovecharla a placer.
En trialeras, con roca húmeda y resbaladiza, siempre que la tratemos con dulzura, la Husaberg responderá con toda suavidad. Sin tocar casi el embrague pasaremos con facilidad, unos bajos portentosos lo suben todo. Un pequeño toque de gas y no ha piedra o escalón que se resista. Podemos subir con tranquilidad en una marcha más que en otras motos.
La manejabilidad es sorprendente, la rueda dibuja con la precisión de un cirujano la trayectoria elegida y solo los kilos, y las correspondientes inercias que generan en marcha, la pueden situar aquí en inferioridad respecto a motos más pequeñas y a las dos tiempos.
Cuando llegan las grandes subidas la 570 se convierte en la reina absoluta. Pueden hacerse con marcha larga, casi pistoneando, eligiendo la trazada con tranquilidad. En el momento que se requiera siempre hay una respuesta contundente y demoledora.
Si por el contrario queremos subir como auténticos campeones, siempre que nuestros brazos lo resistan, ascienden como un cohete, comiéndose todo, baches, piedras, surcos, nada detiene a la sueca. Su capacidad de tracción es una fantástica aliada. Debemos hacerlo en una marcha larga, si empleamos las cortas la respuesta en este caso será violenta y la moto escarbará de un modo inútil.
En los caminos más abiertos es una gozada poder disfrutar a placer de esta moto. Ante un imprevisto, charco, rodera o lo que sea, un golpe de gas, en cualquier marcha, y la rueda delantera subirá sin problemas. En las curvas, aumentando la presión sobre las estriberas para ganar tracción, aprovecharemos toda la aceleración de la Husaberg.
Nos encaminamos después a un pequeño y revirado circuito, poniendo a prueba sus bondades en un recorrido más técnico. Con buena adherencia, aprovechar los peraltes es una fantástica experiencia, saliendo de ellos como un obús.
Hay que apurar un poco más la frenada y acelerar de un modo progresivo. Saldremos de las curvas catapultados hacia el siguiente obstáculo.
En los rizados, hasta ahora talón de Aquiles del PDS, podemos ver que en fábrica han hecho muy bien los deberes. Aunque no de un modo perfecto, pueden pasar, pero que muy rápido, sin meneos preocupantes. Podemos llevar la rueda delantera en el aire, justo por encima de las crestas, reduciendo así los impactos. De haber desarrollado la prueba con el terreno seco, la cosa hubiera sido más complicada y es que domar semejante caballería no es precisamente fácil.
Se puede decir que con la FE 570 Husaberg pone al alcance de los aficionados una máquina para los amantes de las sensaciones fuertes, desde luego requiere experiencia para aprovechar su potencial en todo tipo de situaciones, exigiendo también una buena forma física, si no vais al gimnasio siempre tendréis la opción de montar todo lo que podáis, porque con esta moto seguro que os pondréis pero que muy fuertes.
Para terminar, debemos reconocer una cosa: nunca habíamos disfrutado tanto con una moto de esta cilindrada.
