Todos los aficionados disfrutamos de un modo u otro de las carreras. Unos corriendo, otros las ven en directo o incluso por televisión. Pero detrás está el enorme trabajo y esfuerzo desinteresado de los miembros de los motoclubs, que durante meses trabajan de un modo anónimo con la única satisfacción que da el trabajo bien realizado y la felicidad de los participantes y espectadores.
El trabajo comienza con la elección del posible recorrido del rallye y la situación de las especiales. Al ser el tercer año que organizan esta carrera, deberán realizar un nuevo recorrido distinto de las anteriores, aunque algunos tramos deban obligatoriamente coincidir. El primer problema para el incansable Motoclub Sprint comienza al reconocer el terreno. Las grandes nevadas caídas este invierno sobre la provincia de Lugo añaden una nueva dificultad: el peso de la nieve ha derribado una gran cantidad de árboles de todos los tamaños. Habrá pues que tirar de motosierra y trabajar como nunca, realizando una labor de limpieza que será excelente para el medio ambiente... despejar los caminos cortados, algo que puede ser vital en caso de incendio.
Detrás de todo esto habrá muchas horas, kilómetros y desgaste de sus 4x4 y motos particulares que por supuesto pagarán de su propio bolsillo. Por otro lado estarán los permisos a la Xunta y a los particulares por donde discurre la carrera. Buscar patrocinadores para cubrir los gastos también es una labor dura que requiere ante todo tenacidad endurera. Las relaciones con la prensa para la promoción de la carrera también son de gran importancia.
Las fechas van avanzando, lo mismo que los trabajos de desbroce y marcado con cintas y flechas, que habrá que repasar una y otra vez hasta el comienzo mismo de la carrera.
Atrás quedará el cansancio, la lluvia, el frío de unos aficionados cuya recompensa serán los grandes momentos que viviremos todos en tan emocionante y preciosa carrera.

Por cierto, el entorno donde se desarrolla viene a ser distinto al resto de las pruebas del nacional, con especiales de hierba húmeda, bosques de roble y abedul, lo más parecido a las pruebas del mundial en Francia.
Los Pepe, Victor, Manolo y muchos otros tienen su gran mérito, que compartirán sus homólogos del Motoclub Valverde, el Segre, Constantí y otros muchos, incansables organizadores de pruebas, a los que mueve una misma pasión llamada enduro. Esperamos que los sigan haciendo tan bien y con tanto entusiasmo durante muchos años.