Comprar

Haciendo caminos. Breve manual de uso y disfrute.

Hoy es lunes, fiesta en mi comunidad autónoma y otras. He quedado con mi amigo Juan Miguel para endurear. El estado de suelo es muy bueno, con excelente agarre, charcos y el grado de humedad necesario para obtener buenas prestaciones en nuestras motos. Sin embargo hace un tiempo sensacional, la luz es preciosa y las hojas caídas y amarillentas invitarán a muchos otros a disfrutar de algo que tenemos en común, nuestra pasión por la naturaleza
Haciendo caminos. Breve manual de uso y disfrute.
La coexistencia y disfrute del campo con otros grupos no solo es posible, sino obligada.
Por ello, todos, nosotros y ellos, los senderistas, ciclistas, buscadores de setas y jinetes a caballo debemos llevar una coexistencia pacífica, agradable y sostenible. Bien llevado todos podemos disfrutar de él. Hay espacio para todos, ahora bien, unos y otros debemos hacer concesiones y pensar en los demás.

Llegados a este punto nos toca mirar hacia nosotros mismos y ver qué podemos aportar a ello y cuáles deberán ser nuestras renuncias o puntos donde debemos extremar nuestras precauciones.

Como norma básica es que un día como éste no es precisamente la mejor elección para salir en un grupo grande, se nos nota demasiado y será más incómodo tanto para nosotros como para quien nos encontremos en el camino. Dos o tres como máximo es el número ideal.

Lo primero que debemos asumir es que no estamos solos. En cualquier recodo, detrás de cada curva, piedra o arbusto puede aparecer alguien o algo, que en otras circunstancias sería más difícil. El camino no es un circuito, ni en estas circunstancias ni en un día de lluvia y barro.

Al salir de una curva ciega podemos encontrarnos con excursionistas, ciclistas, o un jubilado que conduce su furgoneta para cuidar con mimo su pequeño huerto. Esto hace que en lugares con poca visibilidad tengamos que ir con más cuidado o lo pagaremos todo.

También ante la presencia de personas debemos procurar que nuestro querida moto haga el menor ruido posible, pilotando con suavidad, en marchas largas, haciendo el menor ruido posible, sin alardes de pilotaje. Lo que a nosotros nos gusta a otros les puede molestar.

Circular levantando rueda, haciendo ruido y con grandes derrapadas, puede gustarles a muchos, pero para nuestros detractores es una provocación y una prueba de sus argumentos.

La atención a nuestro recorrido y entorno adquiere en estas circunstancias una relevancia especial. Hay que circular con un margen de seguridad, proveyendo los obstáculos "móviles" con mayor interés incluso que las que damos a los habituales obstáculos.
Haciendo caminos. Breve manual de uso y disfrute.
Al cruzarnos con la gente hay algo que siempre funciona, un breve saludo, con amabilidad, o incluso pararse y hacer un comentario sobre el bonito día que hace puede hacer cambiar el chip de quien en un principio nos dirige una mirada de reproche. Buscar la complicidad siempre ayuda pensar eso de "el campo es de todos".

Informar a quien se cruza con nosotros de cuantos vamos en el grupo, o si en nuestro recorrido nos hemos encontrado con ciclistas, gente con perros o un grupo de jinetes siempre se agradece.

Del mismo modo el estado del terreno, surcos, árboles o troncos caídos, profundidad de ríos o arroyos y toda información que ayude a todos aquéllos que disfrutamos de la naturaleza que queremos hacerlo durante mucho tiempo.

Si quienes nos encontramos son cazadores, la seguridad es lo primero. Una parada se impone. Con toda la simpatía que seamos capaces, debemos preguntar sobre cuáles son las zonas sobre las que están actuando. Además de ser corteses, les mostraremos que somos respetuosos con todos, que sabemos colaborar y… una vez más, que todos podemos disfrutar del monte. Lo agradecen siempre.

Ante la presencia de caballos tener siempre un cuidado especial, muchos se asustan, aminorar la marcha y preguntar si es preciso que paremos nuestros motores. El jinete conoce su montura y nos dirá lo más adecuado, que pasemos nosotros o que detengamos el motor. Lo mismo que los ciclistas, la preferencia es suya. No es ninguna ley, es sentido común. Haciendo caminos. Breve manual de uso y disfrute. Algo que pocas veces hacemos, muchas veces por no darnos cuenta, es que debemos dejar las mínimas huellas de nuestro paso. Hay terrenos especialmente sensibles a ello y que, lejos de borrarse se acentúan con los agentes meteorológicos. En determinadas zonas el levantar tierra al pasar o dejar un surco, se puede atenuar o incluso hacer desaparecer, siempre y cuando nos tomemos la molestia de parar y taparlas, es muy fácil y rápido.

Con nuestras mismas botas podemos tapar una rodera, devolver al estado original ese agujero que hemos hecho al equivocarnos y dar demasiado gas, o pasar sin la debida inercia. El pararnos a ello puede impedir que se acabe formando un surco que se agrandará con el agua y mostrará los efectos de nuestro paso, dando alas y excusas a nuestros detractores. Por tanto especial atención a este aspecto.

Cuando vamos circulando es posible que nuestro paso del camino favorito, ese de los escalones seguidos que tanto te gustan o esas curvas enlazadas que hacen nuestras delicias al pilotar sobre ellos, puede que se encuentren "habitados" o ocupados por un jubilado y su simpático perrito. Ante ello debemos pensar aquello de "otra vez será".


Si nos vamos a quedar con las ganas, podemos parar y esperar a que pasen, descansando de paso y, cuando estén a una distancia prudencial y no molestemos pasar como queramos. Esas son las reglas si queremos disfrutar mucho más tiempo y de un modo sostenible de nuestro deporte.

Aún y así nadie nos libra de alguna que otra mirada hostil. Ante ello, muchas veces paramos y preguntamos cualquier cosa sobre el recorrido, el día que hace, el tiempo o la raza del perro que está paseando. Crear empatía siempre produce un cambio de actitud en nuestros interlocutores de un modo sorprendente. Ese cambio de polaridad no solo es posible, sino que muy aconsejable.

Después de ello puede ser que aquélla persona que hace unos minutos nos miraba mal puede pensar: -Estaba equivocado, estos endureros son buena gente-.

Cuando pasemos por charcos o zonas con polvo, en presencia de otra gente o animales, aminorar siempre el paso, puede molestar y mucho después de que hayamos pasado.

Por supuesto que nos encontramos verdaderos integristas de esos a los que les molesta todo, que se creen que los caminos son suyos y de su perro o su bici, que les estorba encontrar a otra gente, ya sea andando, o recogiendo setas. Por fortuna son una minoría que, en muchos casos nunca se ha parado a pensar. Si es necesario una conversación amable siempre puede hacer que vean otros puntos de vista y razones. Por experiencia podemos decir que merece la pena intentarlo. A veces incluso se sorprenderán de nuestros razonamientos y acabarán deseándonos un buen día.

Seguro que todos preferimos ir a comprar a un gran almacén y estar casi solos, sin hacer colas y a nuestro aire, que desearíamos ir a un museo y pararnos donde nos diese al gana, o al visitar cualquier sitio hacer las fotos como nos gustase y puestos a soñar, que nuestra playa preferida, en el mes de agosto, fuera solo para nosotros, nuestra familia y amigos, pero estamos en sociedad y hay que convivir con los demás, hacerlo sostenible es tarea de todos y hay que ser flexible.

Todo sea por la convivencia pacífica y el bien de nuestro deporte. De momento, y por desgracia, sabemos que la batalla legal la tenemos perdida, pero cambiar las tornas está también en nuestra mano. No debemos rendirnos nunca y trabajar intensamente para que la opinión pública vaya cambiando a nuestro favor. ¿te apuntas?

Más Sobre Enduro

Durante nuestra existencia como endureros, tengamos la experiencia que tengamos, siempre tenemos esa duda. El probar motos de todo tipo nos da una vis... [...]
Hace unos días coincidí con Juan Miguel, un veterano compañero de aventuras endureras que comenzaron hace ya bastantes años. Estuvimos rememorando... [...]
En un principio parece una tontería, pero resultará muy útil conocer algunas cosas que podemos hacer cuando la caída es inevitable. Tanto para evi... [...]
Uno de los momentos más temidos en el enduro son las bajadas. De ésas que cuando te acercas al borde da hasta vértigo porque no ves el inicio, sino... [...]
Cuando en 2007 KTM sacó a la venta la primera versión de este modelo fue un antes y un después en esta categoría. Con permiso de la hasta ahora re... [...]
Ver más entradas